Por
tratar de buscar el color ‘doradito’ de su piel, a través de lo que llaman el
‘bronceado perfecto’, muchas personas -sobre todo mujeres- cometen la
imprudencia de ‘quemarse’ exponiéndose intencionalmente al sol por el verano. Inclusive, desarrollan una
adicción llamada ‘Tanorexia’.
“Están
contentos de quedar bronceados, pero no saben los terribles daños que se van
provocando. La sobreexposición a los rayos ultravioleta (UV) puede causar
insolación, erisipela o insolación y, a largo plazo, envejecimiento cutáneo,
manchas, arrugas y hasta cáncer de piel”, advirtió el doctor Sandro Tucto,
dermatólogo de la clínica ‘Ricardo Palma’.
NADA
EN EXCESO
El
Círculo Dermatológico del Perú señala que recibir sol unos 10 minutos es bueno,
porque ayuda a la producción de vitamina D, pero en exceso y en horas de mayor
radiación solar (entre 10 de la mañana a 3 de la tarde), es muy dañino.
Sin
embargo, hay personas que creen estar pálidas o ‘muy blancas’ y se obsesionan
con su color de piel, quieren estar siempre bronceadas por un trastorno
relacionado a la estética corporal. Algunas recurren a cabinas especiales de
rayos UV.
SIGA
ESTOS CONSEJOS
Martina
Gómez, del Centro de Terapias Alternativas y de Antienvejecimiento, aconseja lo
siguiente:
Aplicarse
protector solar (bloqueador) 30 minutos antes de exponerse al sol. Usar
sombrero.
Si
quiere broncearse, consulte al dermatólogo la forma adecuada de hacerlo.
No
se depile el mismo día de playa. Hágalo al menos 48 horas antes.
Consuma
agua y frutas.
FUENTE: TROME
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