En España se ha
determinado que se debe enviar a dos años y medio a la cárcel a
toda aquella persona que incurra al delito de espionaje al revisar el celular
de su pareja, al robo de datos para chantajear o afectar a la otra persona.
Esta medida fue
tomada por las autoridades españolas porque cada vez existen más
demandas relacionadas con temas de soborno y publicaciones en redes
sociales que afectan la integridad de una persona.
A fines del 2014
Antonio J.S robó el teléfono de su entonces esposa y aprovechó para descargar
fotos y conversaciones personales de su pareja con otro hombre. El hombre
utilizó estos datos como prueba de una relación extramarital en el proceso de
divorcio en el que se encontraban.
Sin embargo,
resultó que el español fue sentenciado a dos años y medio a prisión por el
“delito de descubrimiento y revelación de secretos con el agravante de
parentesco”, o sea por espiar y robar información privada de su expareja.
En España el tema
ha remecido a la sociedad e incluso, el público ha optado por comprar artículos
de uso común para realizar el espionaje y así evitar ser descubierto.
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