
El
ataúd cubierto con una banderola aliancista y sobre
ella una cerveza fueron el toque perfecto para despedir a un gran hijo, hermano, amigo y sobre todo muy querido en esta ciudad por su singular carisma.
Lo
restos del “chato Freddy” partieron desde su morada por las principales calles
de la ciudad en medio de aplausos y estima a los deudos, quienes conocieron al
chato.

¡¡¡DESCANSA
EN PAZ, AMIGO” HUACHO TE RECORDARÁ!!!!
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