Eran
las 7.30 am cuando José Gómez, personal de la clínica Santa Rosa se aprestaba a
limpiar la acera del frontis cuando detectó un artefacto explosivo y pegó el
gritó y la alarma se extendió en todo el vecindario de la calle Juan Velasco.
Los
vecinos que transitaban por la zona cubrían con su cuerpo a sus hijos e hijas
por el temor que pudiera suceder algo trágico.
Personal
de serenazgo y la policía local llegaron a la zona acordonando la escena para
que personal de escena de explosivos recogiera el objeto y controlara la
situación.
Se
trataba de una bomba lacrimógena casera que fue al parecer dejada por un malandrín
del sector de Puquio Cano, según refieren los vecinos y la policía.
El
colegio del Padre Pepe no ha recibido amenaza alguna de extorsiones ni
amenazas.
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