Consideramos que estas elecciones presidenciales y
congresales, son más que nada un reto ineludible para limpiar y adecentar la
política nacional, cinco años perdidos que no solo son irrecuperables para
todos, sino nos han conducido a una crisis económica y moral, que es importante
enmendar.
Para ello se debe de tener en cuenta, que nuestro parlamento
nacional necesita renovarse, pues en este último periodo ha descendido a
niveles morales tan deplorables, siendo por ello nuestro deber en cambiar este
infranqueable estado de cosas, antes que la descendamos más aún.
Un buen congresista debe ser, en primer término, un buen
hombre con cualidades morales y principios intachables, además ser un buen
político y un buen negociador.
Debe conocer técnicas legislativas, reglas de procedimiento y
tener conocimientos fundamentales del orden jurídico que sus acciones alterarán
en el transcurso de los años.
Debe conocer la organización del Estado como si fuera la de
su casa, porque sobre ella fiscalizará desde la contratación pública hasta los
esquemas de corrupción que siempre se reinventan.
Estas dos tareas son fundamentales. No se trata solo de
“representar” ni de buscar la inmunidad parlamentaria para protegerse de su
pasado o para buscar seguir en la politiquería tradicional que le infle el ego
o el acomodo a sus seguidores, sino de hacer el trabajo que la Constitución
exige en bien de la comunidad para la cual ha sido electo. ALDO LOMBARDI es no
solo el reflejo o el modelo de un provinciano emprendedor, exitoso y
triunfador, o el ejemplo de honradez y honestidad, sino tiene como valor
agregado los conocimientos técnicos conseguidos a través de sus estudios y su
éxito empresarial nacional e internacional, además lo principal por pertenecer
al partido político más técnico y profesional del Perú: PERUANOS POR EL KAMBIO
PPK.
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