Huaral
deja de ser tierra del delicioso chancho al palo, pato en ají, para convertirse
en tierra del hampa, sin que sus autoridades puedan revertir esta mala imagen
que se gana a nivel nacional.
Las
continuas muertes por encargo o llámese “sicariato” hacen de esta ciudad como
una de las ciudades más peligrosas en el Perú, gracias a la ineficacia e
inoperancia de sus salientes autoridades policiales y de la actual alcaldesa.
Los
huaralinos viven a salto de mata, y temen ir con sus familias a las pollerías,
restaurantes, negocio de comida porque no se sienten seguro y nadie está a
salvo.
“Soy
de Huaral, pero vivo en Lima y ya no deseo volver porque mi ciudad se ha vuelto
tierra de nadie. Mi familia ha optado por venirse a Lima, nadie puede sentirse
en su propia tierra” nos comenta Juan Pedraglio, prospero comerciante.
La
falta de capacidad en gestión municipal y de liderazgo, mellan en una pobre
actitud de las autoridades en subconjunto, ni que hablar del coronel PNP Vargas
(saliente) que dejo a Huaral entre las 10 ciudades más peligrosas del país.
“Señora
Kobayashi, ud. Fue elegida para gobernar con capacidad y liderazgo, pero vemos
que eso le hace falta. Estamos inseguro en Huaral, que hace por la seguridad
ciudadana” comenta Doña Faustina Ramos.
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