La mafia enquistada en una de
las principales instituciones del país como es la Policía Nacional del Perú y
apoyados de algunos “talibanes del periodismo” han iniciado el desprestigio,
incluso vienen solicitando la cabeza de uno de los elementos más firmes que
tiene la entidad del orden.
El Cmdte. Jaime Urtecho
Maldonado, quien se ha hecho conocido por imponer el orden en el país, sería
dado de baja. También conocido como “la iguana”, este valeroso oficial que
desarticula con sus suboficiales del escuadrón verde, (sin mucho shows), a muchísimas
bandas del crimen organizado en Lima, Callao, Trujillo y donde haya sido
derivado.
Este
excelente efectivo policial, estaría en su hora cero, ya que alguien desde el
Ministerio del Interior habría pedido su cabeza, por razones desconocidas, y
estaría enviando a sus “esbirros” para que manchen o enloden la trayectoria
profesional de la “iguana”, porque estaría perjudicando las coimas que se dan
para proteger a los capos de bandas criminales. Esa es la verdad de la
milanesa.
Por
ejemplo, ayer salió un vídeo donde se veía al destacado comandante cacheteando
levemente a avezados delincuentes quienes le habían faltado el respeto, pero,
lo que realmente hace Urtecho Maldonado es solo para reducirlos.
El
estilo de la “la iguana” es frontal con los delincuentes a quienes les canta
sus cuatro verdades, y de esta manera se está obteniendo buenos resultados en
la lucha contra la inseguridad ciudadana, por lo que debería de recibir el
respaldo de sus superiores y de la sociedad peruana.
Por
estas razones, la población debe impedir que retiren a uno de los mejores
elementos de la PNP, al menos esa es nuestra impresión y la de millones de
peruanos, que buscamos justicia, respeto y tranquilidad en el país.
Asimismo,
consideramos sensatamente que el Cmdte. Jaime Urtecho Maldonado, sería un
excelente ministro y podría desempeñar mejor el cargo, que el propio Carlos
Basombrio, que seriamente no sabe ni donde está parado.
Respaldamos
la mano dura que impone “la iguana’, en sus intervenciones e interrogatorios,
pues los delincuentes suelen ser expertos en intimidar a los civiles (cuando
nos atracan), pero cuando se cambian los roles, son mansas palomas, incluso
lloran. Pero lo más insólito y repulsivo, es saber que hay periodistas
inescrupulosos que salen en defensa de estos hampones.
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