"Constelación" intercepta 300 líneas
telefónicas en tiempo real. Quiere decir que si una línea programada deja de
trasmitir conversaciones, el interceptor automáticamente busca otra línea
activa a espiar entre una lista de miles.
Es más. Si la llamada telefónica 301 tiene prioridad mayor
por ser de alguien más importante, de inmediato se cortará la más antigua y de
menor prioridad para cederle el paso. El sistema discrimina al instante. Tiene
programados 1000 niveles de prioridades.
Así espía "Constelación", sofisticado interceptor
de las comunicaciones que desde el 19 de mayo del 2009 da soporte técnico y
nombre a un programa de escuchas legales, único en el Perú.
Los “blancos objetivos” del programa son las organizaciones
criminales nacionales e internacionales en ascenso.
Los peruanos solo sabíamos
de las escuchas ilegales, a las que llamamos "chuponeo", hasta que el
año 2002 la Ley 27697 estableció esta posibilidad de invadir, bajo mandato del
juez, la privacidad de personas implicadas en la criminalidad organizada.
Policías, fiscales y jueces empezaron a aplicar el
dispositivo en escala menor. "Constelación" ha impreso a la
herramienta legal una potencialidad extraordinaria. Enhorabuena.
Los equipos de alta tecnología para el programa los ha
aportado el gobierno norteamericano a través de la DEA (Drug Enforcement
Administration). En el primer semestre de 2008 fueron instalados en el sexto
piso de la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional (Dirandro).
El acceso al piso está bloqueado. El ascensor no se detiene
en ese nivel. Los equipos ocupan tres ambientes de acceso restringido: la sala
del Fiscal, la sala del Interceptor y la sala de Escucha y Transcripciones u
Oficina de Análisis Especial (Ofianes). A estas tres salas solo ingresan los
que tienen registrada su huella digital en los cerebros electrónicos de las
puertas blindadas.
La sala del Fiscal está asignada al representante del
Ministerio Público adscrito al programa: el Fiscal Superior del Crimen
Organizado.
Es la sala más pequeña (3 por 4 metros), pero la computadora
con que está equipada posee un software especial, el único a través del cual se
pueden programar los números a interceptar.
Si el Fiscal adscrito no los ingresa, no hay “chuponeo”.
Ese es uno de los seguros del sistema. Y es también el único
contacto del Ministerio Público con la estructura técnica de “Constelación”.
A los otros ambientes de los equipos no ingresa ningún
fiscal, ni siquiera el titular Fiscal Superior del Crimen Organizado o su
Adjunto.
OREJAS DEL SISTEMA
La Sala de Escucha y Transcripciones es la más poblada,
activa y amplia. Allí únicamente ingresa el comandante PNP responsable del
sistema y los analistas que manejan unos 30 equipos de escucha.
Trabajan 24 horas en tres turnos. Mientras el interceptor
graba 300 líneas en tiempo real, ellos siguen la conversación y hacen
resúmenes, escuchan y decodifican (los criminales hablan con códigos), separan
lo útil de lo banal y registran, y cuando la escucha lo sugiere lanzan una
alerta.
A las 4 a.m. pueden oír: “… ya estamos saliendo a Panamá
(Panamericana)" ..., o escuchar que la vida de un juez está en peligro. En
el acto toman el teléfono y llaman al oficial de enlace. “Oye, tengo un dato relevante,
ven”. Todo analista trabaja con un oficial de enlace.
La sala del Interceptor es la más aislada. Su cerebro es un
software especial. Un PenLink y un Lincoln 2, opinan los expertos. El equipo es
una especie de consola con un repertorio de botones. Sus soportes metálicos
emiten radiaciones que obligan a tomar precauciones.
Esta es la estructura técnica del programa, una de las dos
que lo sostienen. La otra es la estructura legal, responsable de la tramitación
del mandato judicial y de las escuchas.
Los fiscales provinciales, superiores y el Fiscal Superior
del Crimen Organizado, junto con los policías a cargo de los casos, son los
artífices de esta labor que transcurre fuera del sexto piso de Dirandro.
La escucha legal se sintetiza en 7 pasos (ver despiece).
Pero, en realidad, todo comienza con la petición de un policía investigador o
un fiscal.
El policía plantea al fiscal provincial el caso y la
necesidad de recurrir al arma electrónica. Propone números. El magistrado
rechaza la petición o la hace suya y abre investigación, como ha ocurrido en el
reciente operativo "Rey de Chilca."
"REY DE CHILCA"
A 62 kms. de Lima, un laboratorio polivalente comprimía en un
área de 70 m2 las fases de transformación de la pasta sucia, en pasta lavada, PBC
y clorhidrato de cocaína. Y obtenía una productividad al doble de lo normal: de
un kilo de PBC sacaba un kilo de clorhidrato. Haciendo alarde de una depurada e
importada técnica de insumos químicos.
Las escuchas jugaron su papel. Los mandatos judiciales
oportunos, las interceptaciones en tiempo real y la combinación certera de la
inteligencia de a pie con la inteligencia electrónica de
"Constelación" funcionaron.
VÍA DE ESCAPE
Un paso neurálgico de la escucha es la notificación del
mandato judicial a tres destinos: (1) el Fiscal adscrito al sistema que ingresa
los números a interceptar, (2) las empresas telefónicas proveedoras de los
números que abren el canal de "chuponeo", y (3) Dirandro, las orejas
de la escucha.
Si las empresas no abren el canal de las líneas a
interceptar, no es posible el “chuponeo”, sostienen los responsables. Algunos
entendidos cuestionan este seguro.
Al final de la escucha se graban los audios en un DVD y se
elabora el Acta en dos ejemplares; uno de éstos queda en Dirandro y el otro va
al fiscal, vía una cadena de custodia.
La cadena no parece tan segura. Fragmentos de actas del caso Fefer se filtraron a la televisión y este último paso habría sido la vía de escape. Las
actas contenían "chuponeo" al fono de Iván Torres,
abogado de las acusadas Bracamonte y Castro, y socio en el mismo estudio
jurídico del entonces vicepresidente Omar Chehade.
Las autoridades de Dirandro han admitido esta posibilidad.
LOS 7 PASOS DE LAS ESCUCHAS LEGALES
SOLICITUD. Por lo general, la iniciativa de
interceptación legal de un teléfono nace del policía que investiga el caso,
también del fiscal. El fiscal solicita el mandato al juez.
MANDATO JUDICIAL. El juez resuelve. Precisa las líneas a
interceptar, establece plazo de interceptación y entrega mandato al fiscal.
NOTIFICACIÓN. El fiscal del caso informa de la resolución al
fiscal superior adscrito al sistema, a la empresa telefónica y a Dirandro.
PROGRAMACIÓN. El Fiscal superior adscrito al sistema ingresa
los números a interceptar en un software exclusivo. La empresa abre el canal de
interceptación. Dirandro hace lo propio. Comienza la interceptación legal.
INTERCEPTACIÓN. El sistema intercepta y graba. Los analistas
escuchan y hacen resúmenes. Si oyeran algo así como: “… estamos saliendo, el
camión va por aquí, por allá…”, de inmediato llaman al oficial de enlace.
GRABACIÓN. Las escuchas indiciarias se graban en un DVD y se
levanta un Acta. El DVD se guarda y lacra con un sistema de seguridad.
ENTREGA DE DVD Y ACTAS. El DVD es entregado al fiscal
mediante una cadena de custodia. De las Actas, una queda en Dirandro, otra se
entrega al fiscal en directo.
Cada caso tiene un oficial de enlace (por lo general es el
policía que ve el caso). Cada Fiscal del caso nombra un Adjunto.
CLAVES
Software. PenLink y Lincoln 2. Estos serían dos de los
programas informáticos que nutren el cerebro de "Constelación".
Erelang. Es el nombre de la fórmula mágica que correlaciona
las prioridades de los "objetivos blancos" programados, los que están
interceptados en tiempo real y los que están en espera.
Empresas. El programa de escuchas legales tiene suscritos
convenios de cooperación con todas las empresas de telefonía que operan en el
país. Están notificadas las "bandas".
La Republica
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