A sus sesenta y un años,
Doña Gladys Rios Bustamante com o todas las noches se alista, se pone su chompa,
chaleco, silbato y bastón en mano y sale a patrullar las calles a la cual ha
sido designada como integrante de las juntas vecinales.
La plazuela La Paz, como su
nombre lo indica es sinónimo de paz, es la zona donde Doña Gladys ha sabido
enfrentar a más de un revoltoso o borracho que ha intentado generar el pánico e
interrumpir la tranquilidad del vecindario.
Sus años no son impedimento
para resguardar a toda una población que merece vivir tranquila, pues lleva 12
años vigilando las calles, plazuelas y zonas donde ha sido designada.
Este humilde redactor
comprobó cómo son las noches para Doña Gladys Rios, que como cada noche, sus
únicas herramientas para brindar tranquilidad a su vecindario son: el silbato y
el bastón que es su inseparable amigo.
“Ante de salir a patrullar
las calles, pido a Dios por mi salud y que cada noche me vaya bien. Y con esas
ganas salgo a rondar las calles a fin de evitar que el sueño de mis vecinos se
vean alterados” relata.
Recuerda anécdotas que le ha
tocado enfrentar y hasta incluso liar con pandilleros que han pretendido
acantonar su centro de operaciones en la plazuela La Paz, donde Doña Gladys es
la responsable de la seguridad y la tranquilidad.
“Esos jóvenes cuando llegan
y se ponen a tomar o a fumar. Me acerco y les pido por favor que se retiren del
lugar, evitando alteraciones al orden público” cuenta.
Indica que en algunos casos
su voz es respetada y no solo basta una llamada de atención sino impone su
presencia y eso hace que los jóvenes pandilleros no ingresen a esa zona o se
instalen en dicha zona para fumar o drogarse.
“La Paz antes era mencionado
como un lugar peligroso, pero desde que se formó esta junta vecinal hoy en día
los vecinos viven tranquilos. Hemos podido reducir y hasta casi eliminar la
delincuencia en esta zona” dice con mucho orgullo.
Por la curiosidad de su
bastón se ha ganado algunas bromas por parte de pandillero que suelen ubicarse
en la plazuela y originar el caos público.
“A veces tengo que liar con
ellos, entre broma y broma, me dicen vas a pastear tus ovejas. Pero así se gana
la confianza y los conmino a que se retiren y dejen tranquilo a los vecinos sin
bulla ni escándalos, y entienden que esta zona quiere paz” relata la señora
Glayds.
Dice que no es un derecho su
trabajo como integrante de las juntas vecinales, sino un deber y una
responsabilidad que lo asumió desde hace 12 años que patrullas las calles, el
vecindario, plazuelas, zonas peligrosas y que no tiene miedo a nada, sino al
contrario les tienen miedo porque su voz se impone y es de armas tomar.
“Para mi es una
responsabilidad que tengo noche a noche. Los vecinos no quieren salir a patrullar,
pues aducen muchas razones, sola junto a otras vecinas nos encargamos de darle
esa tranquilidad que ellos piden” dice.
Doña Gladys, madre de 4 hijos, nietos, es sino mino de
respeto y admiración por parte de las demás juntas vecinales de las 18 que
existen en el distrito histórico de Huaura.
Es el número 1 en reportar
las novedades a la base central de serenazgo o a la policía, o llamada también en códigos de seguridad
como “Alacrán 1”. Todas las noches a partir de las 11, tiene el deber de conciliar
y dar tranquilidad los sueños de miles de vecinos.
“Mis vecinos merecen vivir y
dormir tranquilos, muchos han desistido acompañarme a las rondas, pero me
siento satisfecha y orgullosa que hoy en mi barrio estén contento con la
tranquilidad que les brindo junto a serenazgo” manifiesta y como es habitual
silbato en mano recorre calle por calle dando señales a sus vecinos que no
están solo, sino acompañados por una ángel de la guarda que protege sus sueños.
Fuente: Litoral Noticias
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