Después de 18
meses de producida la muerte de Joel Villanueva Gonzales, hace unos instantes
la Corte de Huaura sentenció a tres de los asesinos del conocido locutor
huachano.
El colegiado de la Corte de Huaura, integrado por los
magistrados Julio Rodríguez Martel (director de debates), William Vásquez Limo
y Marlene Melgarejo Iriarte, tomaron la decisión tras escuchar los últimos
alegatos de las partes después de encontrarlos responsables del delito de robo
agravado seguido de muerte.
Los jueces
también dispusieron el pago de 150 mil soles de reparación civil para los
deudos de Villanueva Gonzales y 2 mil soles para Pedro Bernal
"Pedrín", amigo de Joel a quien los asesinos también asaltaron la
madrugada del 6 de abril del año pasado en la playa Chorrillos de Huacho.
Dictada la sentencia condenatoria, inmediatamente los abogados de Marlon
Ventocilla, Grecia Díaz y Josselyn Canales, apelaron la decisión ante la Sala
Penal de Huaura, ello sin embargo; no los exime de cumplir el inmediato
encarcelamiento.
La
investigación fue liderada por el fiscal Alfredo Benavides, quien solicitó
cadena perpetua para Ventocilla Vilela, pero se le impuso 35 años, para
Josselyn pidió 8 años de cárcel, pero los magistrados le impusieron 13. En el
caso de Grecia Díaz, los jueces aceptaron los 13 años que la fiscalía pidió
para la inculpada.
PROFUGOS
Si bien el policía Seúl Díaz Claros, cómplice del asesinato y hoy prófugo de la justicia, no ha sido incluido en la sentencia, de todas maneras la justicia lo procesará una vez sea capturado.
Si bien el policía Seúl Díaz Claros, cómplice del asesinato y hoy prófugo de la justicia, no ha sido incluido en la sentencia, de todas maneras la justicia lo procesará una vez sea capturado.
Es importante
destacar la decisión del juez José Rivera, quien el miércoles pasado realizó
una audiencia a pedido del fiscal para ampliar la prisión preventiva de los
acusados hasta por un mes y medio más, toda vez que la misma vencía el sábado
04 de julio, de no haberse dispuesto la ampliación de esta prisión, los ahora
sentenciados hubiesen estado en libertad y seguramente sería difícil su
ubicación y captura.
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